Santos y Pecadores:
¿Por qué la Alianza Evangélica es el centro de tantos ataques por parte de católicos y algunos evangélicos? La respuesta es sencilla. Encarnar un proyecto que busca unir la espiritualidad Evangélica sin desintegrar las diferencias propias de cada representante de su denominación, aparte de ser un proyecto sumamente ambicioso, es fundamentalmente una jugada maestra para la extensión del reino de Dios y la edificación del pueblo cristiano. En un mismo cuerpo convergen distintas opiniones y enfoques teológicos y hermenéuticos que permiten enriquecer el conocimiento biblico. En ese mismo cuerpo surgen disputas y debates internos que muchas veces demuestran nuestra humanidad caída, pero aún así se tratan de resolver conciliarmente y buscando la multitud de consejo, siendo esto un claro ejemplo de disciplina bíblica. La alianza no sólo tiene por fin la apologética o buscar que los canales que la componen sean exitosos, sino que promueven los más excelsos afectos y virtudes cristianas, preocupándose por obras de caridad, apoyar misiones, solucionar problemas de hermanos que se han quedado sin empleo, motivando a la salud física, formando grupos de oración y estudio bíblico. Con justa razón debemos entender que siempre que los cristianos busquen unidad entre sí habrá quienes la quieran destruir. Quizás seamos testigos de un proyecto que a largo plazo logre algo que aún no se ha visto concretar con plenitud, ésto es la unidad en amor y fe de toda la gran comunidad Evangélica hispanoamericana.
¿Por qué la Alianza Evangélica es el centro de tantos ataques por parte de católicos y algunos evangélicos? La respuesta es sencilla. Encarnar un proyecto que busca unir la espiritualidad Evangélica sin desintegrar las diferencias propias de cada representante de su denominación, aparte de ser un proyecto sumamente ambicioso, es fundamentalmente una jugada maestra para la extensión del reino de Dios y la edificación del pueblo cristiano. En un mismo cuerpo convergen distintas opiniones y enfoques teológicos y hermenéuticos que permiten enriquecer el conocimiento biblico. En ese mismo cuerpo surgen disputas y debates internos que muchas veces demuestran nuestra humanidad caída, pero aún así se tratan de resolver conciliarmente y buscando la multitud de consejo, siendo esto un claro ejemplo de disciplina bíblica. La alianza no sólo tiene por fin la apologética o buscar que los canales que la componen sean exitosos, sino que promueven los más excelsos afectos y virtudes cristianas, preocupándose por obras de caridad, apoyar misiones, solucionar problemas de hermanos que se han quedado sin empleo, motivando a la salud física, formando grupos de oración y estudio bíblico. Con justa razón debemos entender que siempre que los cristianos busquen unidad entre sí habrá quienes la quieran destruir. Quizás seamos testigos de un proyecto que a largo plazo logre algo que aún no se ha visto concretar con plenitud, ésto es la unidad en amor y fe de toda la gran comunidad Evangélica hispanoamericana.