Este rostro que ven aquí, señalado en el círculo, no es el de uno de ustedes. Es el de un pelagiano. Y el tío jura y perjura que defendió a Trento, pero terminó contradiciéndolo y pasándose por el arco del triunfo las palabras del Papa Francisco en cuanto a que el ladrón en la cruz no tenía buenas obras que ofrecer a Dios. Señor bailarín... De biblista tiene usted, lo que Dalila de confiable.
