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Tremendo...
Edgar Pacheco - ENDK
Estaba viendo hoy el debate de mi hermano Néstor y Rigo Ardidón, alias “la metralleta de falacias”, y ya estoy maquinando una video reacción que probablemente se convertirá en una obra maestra de crítica destructiva a las locuras papistas, (como de costumbre) pero mientras tanto, les puedo adelantar algunas joyitas:
Ardidón, es un tipo hábil en la forma más grotesca posible, es decir, tiene un don salido del infierno para desviar la atención. Primero, en su tiempo de apertura como todo un ignorante en debatir, abre refutando y no exponiendo. Luego, se pasa por el arco del triunfo la tesis del debate y se va a pelear contra el Canon, y claro, como un buen papista, lo que hizo fue empujar sus peticiones de principio con la sutileza de un elefante en una tienda de porcelana. ¡Que belleza! Y cuando se quedó sin argumentos, cambiaba de falacia como quien cambia de camisa. Primero una, luego otra, y otra… lo que me lleva a rebautizarlo, en vez de metralleta será “resortera” o aún mejor, “La resortera de falacias”. Yo te bautizo.
No podía faltar, en un momento, por supuesto, el clásico “Mateo 16:18”, ese versículo tan versátil que sirve para todo y nada a la vez. ¿Debate sobre la escritura? Mateo 16:18. ¿Debate sobre la infalibilidad? Mateo 16:18. ¿Quién descubrió América? Claro, también Mateo 16:18, ya enserio, esa vara debería ir acompañado de efectos especiales y una banda sonora épica cada vez que lo mencionan, ya que lo ven como el maná caído del cielo. Es su respuesta a todo, casi como si pensaran que sólo pronunciarlo les da inmunidad teológica. Qué descaro.
Llega un punto donde es casi una tortura escuchar a esos parloteros repitiendo lo mismo, como si tuvieran un solo disco rayado, pero claro, según ellos, eso es “lo mejorcito”. No sé si la autoestima está muy alta o si Ardidón se cree el Spielberg de las falacias, porque no sé en qué galaxia se llama “metralleta” cuando, sinceramente, no llega ni a resortera; pero bueno, ya habrá tiempo de hacer un análisis más profundo… o no tan profundo, que con esa calidad argumentativa, no hace falta mucho.
Por su parte, Nestor, magistral, dando cátedra y disfrutándolo al mismo tiempo, un capo.
Estaba viendo hoy el debate de mi hermano Néstor y Rigo Ardidón, alias “la metralleta de falacias”, y ya estoy maquinando una video reacción que probablemente se convertirá en una obra maestra de crítica destructiva a las locuras papistas, (como de costumbre) pero mientras tanto, les puedo adelantar algunas joyitas:
Ardidón, es un tipo hábil en la forma más grotesca posible, es decir, tiene un don salido del infierno para desviar la atención. Primero, en su tiempo de apertura como todo un ignorante en debatir, abre refutando y no exponiendo. Luego, se pasa por el arco del triunfo la tesis del debate y se va a pelear contra el Canon, y claro, como un buen papista, lo que hizo fue empujar sus peticiones de principio con la sutileza de un elefante en una tienda de porcelana. ¡Que belleza! Y cuando se quedó sin argumentos, cambiaba de falacia como quien cambia de camisa. Primero una, luego otra, y otra… lo que me lleva a rebautizarlo, en vez de metralleta será “resortera” o aún mejor, “La resortera de falacias”. Yo te bautizo.
No podía faltar, en un momento, por supuesto, el clásico “Mateo 16:18”, ese versículo tan versátil que sirve para todo y nada a la vez. ¿Debate sobre la escritura? Mateo 16:18. ¿Debate sobre la infalibilidad? Mateo 16:18. ¿Quién descubrió América? Claro, también Mateo 16:18, ya enserio, esa vara debería ir acompañado de efectos especiales y una banda sonora épica cada vez que lo mencionan, ya que lo ven como el maná caído del cielo. Es su respuesta a todo, casi como si pensaran que sólo pronunciarlo les da inmunidad teológica. Qué descaro.
Llega un punto donde es casi una tortura escuchar a esos parloteros repitiendo lo mismo, como si tuvieran un solo disco rayado, pero claro, según ellos, eso es “lo mejorcito”. No sé si la autoestima está muy alta o si Ardidón se cree el Spielberg de las falacias, porque no sé en qué galaxia se llama “metralleta” cuando, sinceramente, no llega ni a resortera; pero bueno, ya habrá tiempo de hacer un análisis más profundo… o no tan profundo, que con esa calidad argumentativa, no hace falta mucho.
Por su parte, Nestor, magistral, dando cátedra y disfrutándolo al mismo tiempo, un capo.